La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, nacida en la época de la Ilustración bajo el deseo común de incentivar el progreso en todos los ámbitos de la vida pública y con la intención de abarcar todas las áreas de conocimiento, desde las Ciencias Sociales o Experimentales hasta la Música o la Literatura.
La Económica tinerfeña se constituye en la actualidad, siguiendo ese rumbo marcado desde sus comienzos, en un centro generador de ideas al servicio de todos cuantos contribuyen al bienestar social, sean estos organizaciones empresariales, sociales o políticas, así como en un espacio de formación y de análisis y propuestas sobre la realidad que nos rodea.
Fruto de esa intensa actividad a lo largo de sus más de doscientos años de historia esta Entidad es poseedora de uno de los archivos privados, tanto documental como fotográfico, más importantes de las Islas Canarias.
Éstos se encuentran en permanente crecimiento a través de las donaciones recibidas y se complementan con una magnífica biblioteca, todo siempre amparado en esa voluntad de servicio que distingue a la Real Sociedad Económica, que pone todos sus medios y sus esfuerzos en favor del progreso del País.
Surgidas en todo el territorio nacional, tanto peninsular como americano, estas instituciones fueron concebidas para potenciar, en sus áreas de influencia, aquellas actividades relacionadas con el desarrollo económico, científico, educativo, etc.., estando siempre atentas a toda ese serie de circunstancias puntuales que han afectado al País en las diferentes épocas de nuestra historia.
No debemos olvidar que desde su fundación esta Entidad jugó un papel trascendental, como un verdadero «puente», entre las evoluciones iniciadas por la célebre Tertulia de Nava (conjunto de personalidades reunidas bajo similares inquietudes en beneficio de la Isla) y la archiconocida Junta Suprema de Canarias (primer organismo de gobierno autónomo que tuvo el Archipiélago en su pasado reciente), ambas vinculadas a esta Sociedad por sus miembros, sus objetivos y sus recursos, en la consecución de objetivos tales como el Jardín Botánico, la Universidad de San Fernando o el Obispado Nivariense.
Desde entonces, la Real Sociedad tinerfeña ha contribuido al impulso de todos aquellos aspectos relacionados con el desarrollo del País y los intereses generales.